martes, 25 de octubre de 2011

DOMESTICAR AGAPORNIS SALVAJES



Domesticar agapornis salvajes

Como sabéis, este grupo engloba a todos los agapornis que han sido criados por sus padres, pero dentro de él podemos distinguir dos subgrupos:
-Los que se compran a un criador.
-Los que se compran en una tienda de animales.
Los que han vivido en una tienda durante algún tiempo suelen ser bastante más asustadizos que los que provienen de un criador, por lo que tenemos que tener más paciencia con ellos y debemos saber que el proceso puede ser más lento y difícil.
Los agapornis que compramos directamente a un criador son desconfiados, pero no han tenido experiencias traumáticas con las personas y están acostumbrados a verlas.
En cuanto a los que se venden en tiendas, lo más común es que tengan miedo a los seres humanos, ya que las únicas personas que han visto en su vida son las que se acercan a su jaula (que suele ser diminuta y contener muchos más pájaros de los que debiera) cada día para hacer exactamente lo mismo: intentar tocarlos, silbarles, hablarles bastante alto, ... y al vendedor, que los ha cogido de forma bastante brusca y con un guante enorme para que te los lleves a casa.
Lógicamente, después de todo esto nos ven como una gran amenaza, e intentaran estar lo más lejos posible de nosotros, llegando a unos niveles de estrés bastante importantes al principio.
El proceso para que se acostumbren a nosotros es exactamente el mismo en ambos casos, intentaré explicarlo lo mejor que pueda desde mi experiencia.
Hablaré lo menos posible de tiempos concretos, ya que cada pájaro es un mundo y puede ser que haya grandes diferencias en los períodos de aprendizaje, pero al menos durante la primera semana (si el animal todavía se estresa al vernos podemos alargar esta fase) es conveniente no acercarse a la jaula y si es posible no entrar en la habitación en la que se encuentra más de lo necesario, es decir, únicamente para cambiar el agua y reponer la comida. También es recomendable poner comederos que se puedan manipular desde fuera para fomentar en ellos el sentimiento de que la jaula es segura, no metáis nunca la mano en la jaula para intentar tocarlos o cogerlos.
Después de este período de adaptación, los agapornis estarán mucho más tranquilos y habrán asimilado que no somos una amenaza, pero seguirán siendo muy desconfiados cuando nos acerquemos y se irán a la esquina opuesta de la jaula si lo hacemos demasiado.
Cuando se acostumbren a que les cambiemos el agua y la comida y no se asusten ni se pongan nerviosos podemos empezar a entrar más a menudo en la habitación, simplemente para sentarnos y estar allí leyendo o haciendo cualquier cosa que no tenga que ver con ellos. Si se ponen nerviosos sólo tenemos que alejar la silla un poco, veréis como cada día toleran que os sentéis más cerca y continúan haciendo vida normal (comer, beber, jugar, acicalarse, ...). Lo ideal es hablarles en un tono amable y a un volumen adecuado (nunca les gritéis) para que se acostumbren a nuestra voz, pero si vemos que les molesta hay que hacerlo con moderación hasta que lo acepten como algo normal.
Cuando consigáis estar lo más cerca posible de la jaula y no tengan miedo a vuestra voz, debéis buscar algo que les guste (panizo, manzana, lechuga, zanahoria, ...) y ponérselo en los barrotes de la pared de la jaula que esté justo enfrente de vuestra silla. Esto hay que hacerlo durante unos días, más adelante pondréis la golosina en cuestión en el mismo lugar pero sin quitar la mano, sujetándola.
Cuando coman de vuestra mano podéis abrir la puerta de la jaula y dársela directamente desde ahí, que vean que la mano no es peligrosa aunque no haya barrotes. A partir de aquí tardarán muy poco en subirse a vuestra mano para comer, pero es importante que tengáis paciencia, si dais un paso que ellos no quieren dar corréis el peligro de que os cojan miedo, dejad que tomen la iniciativa.
Mientras comen en vuestra mano podéis intentar acariciarles la nuca, les encanta, pero con mucho cuidado y teniendo la seguridad de que no vais a asustarles. Sobre todo no hagáis movimientos bruscos.
Cuando se dejen acariciar no será necesario que utilicéis golosinas, se acercarán a vuestra mano en cuanto la metáis en la jaula y podréis empezar a enseñarles a subirse al dedo (es muy simple, sólo hay que acercárselo al pecho y subirán automáticamente).
A partir de aquí podéis sacarlos de la jaula abriéndoles la puerta y llamándoles con su golosina favorita. Si no quieren salir no los forcéis, es bastante normal al principio. Cuando salgan podéis darles folios en blanco para que se entretengan, les encanta destrozarlos. También podéis enseñarles a subirse al hombro, a la cabeza o al brazo desde el dedo y viceversa. Lo que más les gusta es que seáis su medio de transporte, darles paseos por la casa en el hombro (cuidado con las ventanas).
Una cosa importante es que no debéis sacarlos de la jaula hasta que se dejen tocar y se suban al dedo, si no no podréis meterlos de nuevo y tendréis que cogerlos (no les gusta nada y les recuerda al humano amenazador de la tienda).
Reconozco que es un proceso lento y que muchos no querréis ir tan despacio, pero el ritmo lo deben marcar los pájaros, las prisas nunca son buenas... Es cierto que se puede domesticar un agapornis salvaje sin hacer toda esta parafernalia, pero este método os asegura la confianza plena de vuestro amigo.

lunes, 24 de octubre de 2011

PELIGROS EN EL HOGAR


Muchos de nosotros sacamos de la jaula a nuestros agapornis para que disfruten durante el día, de un tiempo de recreo en el cual puedan pasarlo bien con juegos, hacer ejercicio mientras vuelan, estar junto a nosotros, etc.
Por alguna razón, a veces, nos tenemos que ausentar del lugar donde tenemos a nuestros pájaros disfrutando de su momento de libertad, dejándolos solos, pero aun estando junto con nosotros pueden sufrir algún percance que puede tener nefastas consecuencias. Lo mejor para todos es sacarlos en un sitio con los menos peligros probables y en lo posible, siempre bajo nuestra vigilancia.Cuarto de baño.
Ventanas abiertas por donde el ave se puede escapar; productos de limpieza y productos químicos: envenenamiento; taza del inodoro abierta: el pájaro puede caer dentro y ahogarse. Consejo: mantener cerrada la puerta del cuarto de baño.
Tela metálica de jaula o pajarera con aberturas de tamaño equivocado. Juguetes.
El agapornis mete la cabeza a través de la tela metálica, entre los barrotes de la jaula, o en alguna pieza grande de la que esté compuesto el juguete, se queda atrapado y en su intento por salir, se lesiona o se estrangula hasta morir. Algunos juguetes pueden llegar a romperlos e ingerir algún trozo. Consejo: comprueba el calibre de los orificios de la tela metálica, la distancia entre barrotes de la jaula (1,5cm a 2cm). Revisa los juguetes.Lámparas.
Nuestros pájaros pueden aterrizar o pasar cerca de los focos de luz, provocándose quemaduras con graves consecuencias. Consejo: en lo posible ten las luces apagadas, haciendo esto unos minutos antes de sacar a tus agapornis, debido a que el enfriamiento no ocurre hasta pasado un tiempo.
Contenedores de agua (fregaderos, cubos, acuarios, jarrones)
El agapornis se cae dentro y se ahoga. El ave puede tomar la superficie jabonosa por un lugar firme para posarse. Consejo: mantén los recipientes vacíos y/o tapados.
Luz solar directa.
Insolación: profundos jadeos, alas extendidas, debilidad, colapso. Pon al ave a la sombra inmediatamente para prevenir el fallo cardíaco. Dale al enfermo un poco de agua y ve a ver un veterinario de aves inmediatamente. Consejo: si lo dejas al aire libre procura darle algo de sombra y no descuides los bebederos.
Puertas.
El agapornis queda atrapado en ellas y es aplastado o se escapa. Consejo: cierra las puertas antes de soltar al ave.
Corrientes (puertas y ventanas abiertas)
Resfriados: secreciones nasales, legañas, estornudos, neumonía. Evita las corrientes y llévate al ave cuando la habitación está siendo ventilada.
Cajones, armarios.
Los agapornis son curiosos y les gusta mucho explorar los cajones abiertos y los armarios. Si se queda encerrado dentro por accidente, puede morirse de hambre o asfixiarse. Consejo: mantén cerrados cajones y armarios.
Butacas, sofás, asientos en general.
Los agapornis pueden ser aplastados si te sientas accidentalmente sobre ellos. Consejo: adopta el hábito de mirar antes de sentarte.
Cables eléctricos y enchufes.
Descarga eléctrica por morder los cables lo que provocará la muerte. Consejo: procura mantener ocultos los cables. Regáñale cuando lo veas morder un cable.Cocina.
Nunca tengas a tus agapornis en la cocina o un área susceptible de ser contaminada por gas y humos de cocinar. Los humos que desprenden las sartenes, cacerolas de teflón sobrecalentadas o quemadas son tóxicos para las aves. También son peligrosos los humos y el calor desprendidos al cocinar; hornos calientes, y productos de limpieza domésticos. Todos ellos potencialmente venenosos. Los pequeños escapes de gas pueden ser mortales para ellos. Tu agapornis podría caer en un recipiente en plena ebullición, sufrir graves quemaduras y morir. Consejo: mantenlos fuera de la cocina, sobretodo cuando estés cocinando.
Alimentos y plantas.
Con su naturaleza curiosa, intentarán probar casi todo lo que tengan a su alcance. Algunos alimentos y plantas son altamente tóxicos para ellos. Evita que puedan comer y no le des sobretodo: aguacate, chocolate, bebidas carbonatadas y/o alcohólicas, café, productos con sal, azúcar.
Si no sabes si la planta que tienes en el lugar donde los sueltas, es tóxica, ya sabes, ante la duda, retírala.
Artículos de punto, hilo, cuerdas, cadenas.
Los dedos de los agapornis pueden enredarse. Este al verse atrapado e intentar escapar puede llegar a estrangularse. Consejo: procura no tener ni jerséis ni ovillos de lana tirados por la casa.
Jarrones decorativos grandes y recipientes de boca amplia.
Los agapornis pueden resbalar dentro y no poder salir provocando asfixia, morir de hambre, fallo cardíaco. Si el recipiente contiene agua y el pájaro cae, se ahogará. Consejo: llena estos recipientes con arena o papel. Tápalos o retíralos del lugar si contienen agua.
Nicotina, pulverizadores, etc.
La nicotina es letal. Otros contaminantes del aire peligrosos para las aves son los vapores de pintura, el monóxido de carbono, los pulverizadores de insecticidas o los ambientadores, y las tiras insecticidas. Consejo: no fumes ni uses pulverizadores, etc. cerca de tus aves.
Pesticidas.
Todos los pesticidas son letales para las aves. Consejo: no rocíes con ellos las plantas de la habitación donde tengas a tu pájaro ni lleves plantas rociadas a esa habitación.
Venenos
Mortíferos: plomo, óxido, cacerolas revestidas con plásticos, mercurio, productos de limpieza domésticos.
Dañinos: minas de lápices, cargas para bolígrafos, rotuladores fluorescentes.
Otros venenos: acetona, anfetaminas, aspirinas, anticongelante, arsénico, lejía, tetracloruro de carbono, cosméticos, lápices de colores, DDT, desodorantes, desatascadores, suavizantes, petardos, fluorocetatos, toxinas de la basura, tintes para el pelo, linóleo, cerillas (las llamadas cerillas de seguridad no son tóxicas), medicamentos, bolas de naftalina, diversas setas u hongos silvestres, pintura con plomo, perfume, productos derivados del petróleo, aceite de pino, veneno para ratas y ratones, veneno para cucarachas, veneno para caracoles, laca, pastillas para dormir, estricnina, lociones para el bronceado, talio, herbicidas, productos protectores de la madera.
Objetos afilados, clavos, astillas, extremos de cables o alambres.
Les pueden provocar cortes, heridas producidas por pinchazos. Si es en el ojo, pérdida de él.
Cambios de temperatura.
Los agapornis necesitan estar a una temperatura casi constante. Los cambios bruscos de temperatura pueden ser desastrosos para ellos.
Ventanas, ventanales, paredes de cristal, espejos.
Los agapornis pueden volar hacia ellos pudiéndose provocar una conmoción cerebral, fractura de cráneo, rotura de cuello, alas o pies. Consejo: baja las persianas o cierra las cortinas o bien cúbrelos con alguna tela.
Suelos duros.
Los agapornis con las alas cortadas carecen de plenos poderes de vuelo. Pueden romperse una pata o herirse en un aterrizaje forzoso.
Pies humanos.
Los agapornis sueltos que anden por el suelo pueden ganarse un pisotón. Consejo: adopta también el hábito de mirar antes de dar un paso y localizar dónde se encuentran.
Otros animales.
Gatos y perros, aún siendo los más dóciles, pueden llegar a comérselos por instinto o lesionarlos jugando. Ellos también son susceptibles de llevarse algún buen picotazo por parte del agapornis.

domingo, 23 de octubre de 2011

AGAPORNI FISCHERI ARLEQUIN



 Agaporni fischeri arlequin
una mutacion es un pajaro de color ancestral que ha cambiado de color por algun motivo.es importante prestar atencion a la estructura de las plumas,ya que el cambio de color va siempre asociado a la composicion del plumaje.tienen mas posibilidades de sobrevivir en cautividad ya que estan mas controlados..porque en libertad moririan porque son los mas debiles incluso no podrian tener descendencia....