martes, 27 de septiembre de 2011

situaciones y que hacer


HERIDAS
Tarde o temprano alguno de nuestros pájaros resultará herido a consecuencia de un picotazo o por haber quedado atrapado en algo. La mayor parte de tales heridas cicatrizarán con rapidez y no requerirán atención alguna, salvo la aplicación de un antiséptico suave o un lápiz estíptico. Esto resultará asimismo de aplicación a los casos de pérdida de un dedo, lo cual a menudo es consecuencia de peleas entre inseparables instalados en pajareras contínuas que no han sido dotadas de doble tela metálica para impedir tales contactos. Las heridas de carácter más grave deben ser objeto de tratamiento veterinario, en cuyo caso procederá a limpiarlas y después inmovilizar al pájaro envolviéndolo en un trozo de tela mientras lo transportamos al centro quirúrgico.
PATAS O ALAS HERIDAS
Un pájaro asustado en una pajarera puede lanzarse contra la tela metálica o un muro y como resultado de ello herirse en las patas o en las alas, incluso cabe que llegue a rompérselas. Salvo la ayuda veterinaria, no es mucho lo que nosotros podemos hacer en tales casos, expecto probar de restituir el ala a su posición original o aplicar una cerilla de madera (si bien no de un modo excesivamente fuerte) a una pata rota. El pájaro herido debe ser instalado en una jaula hospital para evitar que sufra un resfriado dado el estado de shock en que se encuentra. Retiremos las perchas, y las alas o patas se recuperarán por sí mismas, aun cuando cabe que queden un poco fuera de su posición habitual. Aparte de ello, la curación será completa.
ATAQUES
Gran número de loros sufren ocasionalmente ataques de una clase u otra. En tales casos mueven la cabeza en forma rápida y con movimientos bruscos de un modo incontrolado o bien se desploman en el suelo de la jaula, se mueven espasmódicamente y después permanecen totalmente inmóviles. Si tal ocurre, coloquémoslos en un lugar caliente, lejos de las luces fuertes, para que se recuperen. Aparte de esto es poco lo que podemos hacer por ellos por el momento. Las causas cabe que sean hereditarias, que deriven de una situación emocional o sean el resultado de una deficiencia en la alimentación. Nuestro veterinario resolverá la cuestión con un suplemento adecuado y quizá también con la administración de un antibiótico.

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